50 años desde la Naranja Mecánica

La naranja mecánica cumplirá cincuenta años en 2021, y celebramos repasando los pormenores de este clásico cinematográfico del genio Stanley Kubrick.

50 años desde la Naranja Mecánica

PURO HORROR SHOW

Texto por: Jose Luis Ramos

Hablar de La naranja mecánica no solo es remitirse a un clásico cinematográfico, sino también de la literatura. Se trata de rememorar –medio siglo después– una de las obras maestras de uno de los directores más influyentes del siglo XX: Stanley Kubrick. El cineasta neoyorquino adaptó la novela homónima que Anthony Burgess publicó en 1962, y conmocionó a la crítica. Para escribir su libro, Burgess se inspiró en los acontecimientos sociales que preocupaban a los británicos en los 60: violencia, pandillerismo, drogas sintéticas y jóvenes tomando el control de las calles al ritmo del rock. Lo mezcló con una serie de reflexiones sobre el libre albedrío y terapias conductuales. Como resultado obtuvo una obra magnífica que Kubrick trasladó a la pantalla grande de forma magistral. El 19 de diciembre de 1971 se estrenó en Nueva York la historia de Alexander DeLarge (interpretada por Malcolm McDowell), un joven sociópata que disfruta tanto de la música, como de pasar el tiempo con sus “drugos” mientras golpean, destruyen, violan y asesinan (puro horror show). A través de la voz del protagonista, los espectadores siguen las acciones de Alex y su inevitable caída luego del asesinato de una El cineasta neoyorquino adaptó la novela homónima que Anthony Burgess publicó en 1962, y conmocionó a la crítica. mujer. Este va a prisión y acepta participar en un método experimental (la técnica Ludovico) que lo obliga a modificar su comportamiento y eventualmente lo lleva al borde la muerte. El filme cuestiona el papel de la moral, pero también es una dura crítica al estado, la corrupción y los sistemas judiciales. Al momento de su aparición, la película obtuvo una clasificación “X”, por su contenido explícito; sin embargo, Kubrick accedió a recortar 30 segundos y tuvo un reestreno en 1973, pero ahora con calificación “R”. Cuando el filme llegó a Inglaterra en 1972, fue objeto de polémica porque algunas personas cometieron delitos imitando a los personajes de la película. Por esta razón, Kubrick presionó a Warner Bros.para que se cancelara su exhibición en Reino Unido. A raíz de este hecho se creó un mito de que el cineasta estaba tan molesto, que había prohibido la exhibición de su película en territorio británico mientras él estuviera con vida. Sin embargo, su viuda, Christiane Kubrick, desmintió esto, asegurando que uno de los motivos principales fue que recibieron varias amenazas de muerte. Finalmente el largometraje se proyectó en Inglaterra hasta el año 2000, un año después de la muerte de Kubrick.

UNA DECLARACIÓN ESTÉTICA

La propuesta estética de La naranja mecánica trasciende a su tiempo. Además de estar ambientada en un futuro distópico para los años 70, sus características visuales y sonoras siguen causando asombro medio siglo después. El vestuario se inspiró en las subculturas urbanas de la época. Mientras que la mezcla musical incluye piezas clásicas entre las que destacan la obertura de Guillermo Tell de Rossini y la Novena sinfonía de Ludwig van Beethoven. No obstante, es en los espacios en donde Kubrick puso un gran peso narrativo. Las locaciones exteriores que seleccionó fueron escogidas de diversas revistas de arquitectura de la época. Entre los lugares elegidos destaca el paso peatonal Southwest (York Road Roundabout), el Southmere Lake y la Cárcel de Wandsworth de Londres. Los exteriores del filme reflejan una sociedad orientada hacia un funcionalismo estricto. En contraste, los interiores combinan un depurado estilo de mobiliario de diseño y convencional, con escenografía y props sexualmente explícitos (como los maniquíes del bar Korova). Su paleta de colores transita del blanco a los tonos brillantes, pasteles y hasta las tonalidades neón. A diferencia de la sobriedad exterior, los interiores muestran un lado más íntimo de los personajes, exponen sus pasiones y excentricidades, como analogía de la misma trama de la película y del comportamiento humano.

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